Autor:
Marco Berrettoni Carrara
Ilustradora:
Chiara Carrer (http://www.chiaracarrer.com/)
Editorial:
Kalandraka
Libro álbum
Recomendado
para: Los pequeños
Recuerdo El cazo de Lorenzo, un libro magnífico
que habla de síndrome de Down, de lo que significa convivir, ser una persona,
un niño con síndrome de Down; de cómo es visto por los demás. Desde el otro
lado de este síndrome está uno de los trastornos psicológicos (neurológicos
dirán algunos, genéticos dirán otros) más elusivos y complejos que existen, el
autismo.
-
- Antes de continuar he de aclarar que esta última afirmación,
políticamente incorrecta (ah, como viene la autocensura a interferir en la
escritura de una reseña), no pretende hacer una escala de valores entre los
diversos trastornos psíquicos o incluso enfermedades, pero es bien cierto que
mientras se puede establecer una relación con un niño que tiene síndrome de
Down (siempre se exalta su carácter afectivo, por ejemplo), con el autismo esta
relación, si bien no imposible, es incierta. Mientras Piedad Bonnet en Lo que no tiene nombre, elabora su
duelo, establece su relación con su hijo, en el autismo esta relación bien
puede no existir. Desde el lado de la neurología, de una neurología muy humana,
solo recuerdo a alguien que se haya acercado al fenómeno del autismo,
retratándolo de la mejor manera posible; en este caso hablo de Oliver Sacks,
con su maravilloso Un antropólogo en Marte[1].
Pero estos dos últimos, si la expresión se me permite, son libros para adultos.
Y la magia de Háblame, radica en que
no lo es.-
Si la
convivencia con un niño autista puede ser complicada para un adulto (padres,
tíos, cuidadores), puede llegar a ser catastrófica para un niño, ante los
diversos movimientos, expresiones físicas y lingüísticas -¿eso también es un lenguaje?, se preguntan algunos-, y la
ignorancia o apatía frente al otro.
En esta
línea de ideas Háblame es el ruego, la súplica de un niño ante su
hermana menor autista, que se establece en un plano de existencia diferente al
suyo,
Sara
es silenciosa como un gato,
ruidosa
como el tráfico,
imprevisible
como el tiempo,
invisible
como un suspiro,
frágil
como un ahoja…
Recuerda
a un jeroglífico, un enigma, un laberinto.
Aunque en ocasiones los planos coinciden,
así,
Y de
pronto se calma
y se
acerca a mí,
me
acaricia con su sonrisa,
me
abraza y me llena de caricias:
es
un cariño enorme
y
distinto al de otros.
Pero no son
solo las palabras las que subrayan este hecho. Chiara Carrer hace un trabajo
magnífico al interpretar estos hechos y momentos en los trazos sobre el papel.
Sara aparece por lo general dibujada a lápiz, casi como un fantasma, como una
sombra superpuesta, antepuesta, yuxtapuesta, ante el colorido de la página. Sus
imágenes consiguen transmitir el desgarramiento y la extrañeza.
El libro
remata con una aceptación, ante la imposibilidad de la comprensión, acerca de
quien es el otro,
Sara
no se parece a nadie.
¿Tú
crees que existen dos piedras,
dos perros,
dos
hojas
o
dos personas idénticas?
Háblame es un libro valiente, que se atreve
a poner en palabras sobre el papel un fenómeno que por lo regular en la niñez
se queda en la impotencia.
Agradezco a Elizabeth, quien me lo presentó.
leídos.
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