Una de cal y otra de arena en la Librería Nacional de Cali.

Cali tiene sólo una librería, la Librería Nacional. Por supuesto hay librerías de viejo y supermercados en donde se pueden conseguir libros. No quiero hablar de la pretendida librería de Villegas Editores, en tanto la Librería Atenas, para bien o para mal es hoy historia. Así que en nuestro pequeño burgo tenemos sólo una librería. En ella se hallan posibilidades que oscilan entre las novedades editoriales con mayores posibilidades de seducir lectores, es decir de vender, así como bestsellers y literatura universal que siempre se busca (sin embargo es difícil conseguir un libro como La montaña mágica de Thomas Mann), hablo de libros como el Quijote o Hamlet o El vendedor más grande del mundo. Por supuesto hay algunos libros pertenecientes a disciplinas como el Derecho o el Esoterismo y, muy recientemente, un espacio para la Ciencia Ficción. Sin embargo es lo que hay y es a partir de donde podemos alimentar principalmente nuestras bibliotecas personales. Lo que no encontramos ahí lo buscamos a rajatabla en la librería de La Casa de la Lectura o en Expresión viva, que parecen tener las mejores intenciones pero están muy mal ubicadas y para el lector promedio no existen.

Pensé que ya me había indignado todo lo posible el sólo hecho de tener una sola librería en Cali, hasta que el día de hoy me encuentro esta perla en la sucursal de Unicentro: una advertencia de cobro adicional por servicio al cliente. Es decir, además de tener pocas opciones, de ser la única instancia que no da jamás un descuento a una promoción, La Librería Nacional pretende ahora cobrar el servicio del vendedor o la persona encargada. Por supuesto puedo leer mal, espero que así sea y que mañana mismo reciba una carta de indignación y molestia por mis palabras. Plugo a Dios porque así sea. En este momento sin embargo la realidad es otras, como en cualquier restaurante o bar, nuestra única librería no decide pagar mejor a sus empleados si no que pretende que los usuarios sufraguemos esos costos.

No todo es malo por supuesto, pero lo que sigue no es merito de La Librería Nacional. Ediciones B ha lanzado un nuevo formato de libros de bolsillo que puede romper ciertos paradigmas. Se trata de su colección de Librinos (http://www.librinos.com/), verdaderos libros que pueden ser llevados a cualquier parte. Es de conocimiento público que las ediciones electrónicas están obligando a replantearse formatos y presentaciones a las versiones impresas. El diario colombiano El Tiempo, fue uno de los más evidentes en este tipo de presentaciones. Ahora Ediciones B muestra también como lo virtual puede cambiar elementos de lo real. La idea parece nacer en Holanda en el 2009 y ha mostrado cierto éxito. Ignoro si en otras partes de Europa se conoce ente formato y como ha sido recibido por el público, pero puede ser prometedor. Los librinos son una publicación a una sola columna, en papel de biblia, con margen muy pequeño que son la mitad de un libro de bolsillo tradicional. El cambio consiste además en que no se leen dos páginas sino una sola. El formato del libro no es vertical sino horizontal y presenta mejoras interesantes a la hora de leer. La editorial ha sido conservadora por el momento y lanza un total de seis libros en Colombia, todos ellos Bestsellers, por aquello de no poner todos los huevos en la misma cesta.

A despecho de la Librería Nacional, los librinos también pueden ser conseguidos en supermercados.

Comentarios

  1. Comparto tu verguenza - tristeza de tener sólo una libreria en Cali. Voy a mirar bien en los supermercados y a buscar los librinos.

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