Libros-álbum para adultos

Uno de los errores más comunes que se suelen cometer es la consideración que el formato de libro-álbum pertenece al campo infantil y juvenil. De hecho se suele considerar que al lector adulto promedio no le interesan los libros con ilustraciones, a menos que se trate de artistas plásticos famosos como Dalí, Picasso o Botero (recuerdo ahora la versión del Quijote ilustrada por Dalí, el lanzamiento de La balada de María Abdala de Juan Gossain, ilustrada por Botero en la Revista Diners. Y aún así este tipo de versiones suelen aparecer de manera reducida en las librerías. Por supuesto, es diferente cuando se trata de un libro de arte, pero cuando se trata de libros ilustrados, estamos hablando de un campo reducido, y dedicado en el imaginario al mundo infantil. No siempre es así.

En el artículo sobre Atlas, de Jorge Luis Borges vimos como uno de los más reconocidos escritores de la literatura universal tomó el formato del libro-álbum para uno de sus últimos libros. El caso de Borges es conocido y se halla bien delimitado, empero también es común encontrar en las estanterías dedicadas a la literatura infantil obras para un público más maduro. Un ejemplo de ello es Días de hijo (Philip Waetcher; Editorial Lóguez), que aún siendo comprensible por lectores en marcha, se halla claramente destinados a los grandes lectores, por el cúmulo de experiencias que estos pueden tener. Aquí es muy útil recordar también porque es mejor la clasificación por niveles de lectura que por edades: mientras estas últimas son claramente restrictivas y censuradoras, la clasificación por niveles tiene en cuenta la experiencia del lector. Días de hijo narra la aventura del nacimiento, desde el punto de vista del padre, como este significa las primeras acciones del niño desde que nace hasta que dice sus primeras palabras.


Pero el caso de este libro no es único. Algunas de las más hermosas obras de este tipo son las que exploran el campo de las relaciones amorosas como: Dos personas (Iwona Chmielewska; Editorial Océano), Equilibrio (Menena Cottin; Ediciones Tecolote) y Gallego, a la orilla del mar (Juan Farías & Xosé Cobas; Editorial Fondo de Cultura Económica), entre las que se me escapan y las que no conozco. Estos libros (excepción hecha de Gallego), son tomados por infantiles, no sólo por el formato que emplean sino también por la sencillez de su lenguaje, que apuntan a los detalles que muchas veces se nos escapan a los adultos. Un caso aparte lo merece Punto a Punto (Ana María Machado; Editorial Babel), ya reseñado en el blog con anterioridad, que explora las dinámicas de lo femenino dentro de la sociedad.

Además de estos títulos se pueden encontrar muchos más, que el inexperto puede juzgar apresuradamente como perteneciente a la Literatura Infantil y Juvenil, cuando su destinatario puede ser otro. Algunos ejemplos pueden ser los títulos publicados por editoriales como Zorro Rojo y Media Vaca, que tienen dentro de sus títulos obras de Cortázar, Hoffman y Poe entre otras.

En los próximos días estaremos reseñando con más profundidad algunas de estas obras. Tú, fiel lector, podrás así decidir cuales compartes con tus hijos y, cuales, definitivamente, preferirías compartir con tu esposa, tu hijo adolescente o tus padres.

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