La ciudad como texto: introducción.





Por lo general cuando se habla de lectura se suele pensar sólo en textos alfabéticos. Sin embargo la lectura es una competencia cognitiva que abarca lo semiológico. Cualquier signo que contenga u significado es objeto de lectura. Por supuesto, la ciudad no escapa de ello. Y no nos referimos en esta ocasión a la cantidad de signos y símbolos que se pueden encontrar en los trazados de las calles, las fachadas de las casas o sobre las mismas vías. Nos referimos a la ciudad como espacio, en su conjunto de señales de tránsito, carteles de publicidad, fachadas, diseños arquitectónicos, aglomeraciones, terrenos baldíos, rascacielos y rascasuelos, entre otras tantas cosas.

La ciudad es un texto que exige amplias competencias socioculturales de sus lectores. Es diferente para el lector que lo encara por primera vez o de manera ocasional, es un texto inhóspito para aquel que vive en sus calles y uno salvaje para aquel que conduce en horas punta de camino al trabajo o de vuelta a él. Los ciclistas leen la ciudad de una manera diferente a como lo hacen los peatones y/o los mensajeros. Si lo viésemos desde el aire quizás nos parecería un aviso o una advertencia.

Esta semana trabajaremos alrededor de tres fenómenos que afectan la lectura que hacemos de la ciudad y, por ende, también su forma de inscribirnos en ella. Trabajaremos acerca de las intervenciones gráficas (grafitis), el parkour (deporte extremo urbano) y el skateboard (deporte urbano). A partir de estas tres visiones de la ciudad esperamos que el lector reconstruya con nosotros ese ambiente que tiene por rutinario e incluso aburrido. Buscaremos compartir otras formas de leer el espacio en que habitamos y elevaremos un punto más, al menos eso esperamos, nuestra definición de lectura y, por ende, de escritura.

Esperamos tu colaboración, lector constante, así como tus experiencias, comentarios y digresiones.

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