Paratextos


Uno de los aspectos más importantes de los libros suele ser también uno de los más abandonados y olvidados. Muchas personas leen y son capaces de dar cuenta de aspectos básicos de su lectura y del porque les ha llamado la atención. Sin embargo cuando se busca entablar dialogo acerca de autores y editoriales de literatura infantil, sobre todo, salen a relucir los nombres de siempre: Perrault, Grimm, Rafael Pombo, Tolstoi, Norma, Walt Disney…

No se trata de los bajos niveles de lectura ya que sucede incluso con personas que comparten constantemente libros con lectores en formación. El problema es de otro tipo. Se trata de lo que consideramos leer y, dentro de lo que leemos, a que le estamos brindando relevancia.

La importancia de los libros no radica sólo en las páginas interiores. La portada y la portadilla o las páginas finales tienen una información harto relevante que permiten al lector ubicar muchas veces las intenciones del autor. Hablamos de los paratextos.

Se denomina paratextos a toda aquella información que nos permite determinar el autor, el ilustrador, la editorial, el año de publicación, el título original, el traductor, etc. Este tipo de información es también vital para los lectores autónomos y hace parte del conocimiento básico que se debe tener del libro desde muy temprana edad.

Es muy importante cuando estamos haciendo entrega del libro por medio de la lectura en voz alta, u otra actividad de mediación de lectura, realizar la presentación del libro como quien presenta a una persona. Título autor, ilustrador- si lo hay-, editorial. Esa es la información mínima que podemos mencionar en el instante. Insisto, la mínima. Entregar esto a un lector en formación es irlo relacionando con autores y editoriales que marcan posteriores puntos de referencia en su acceso a la cultura lectora. Y es que no es lo mismo los hermanos Grimm que Eric Carle o Michael Rosen. No es lo mismo Norma que Lóguez o Serres o el Fondo de Cultura Económica. No es lo mismo la colección del Libro de oro que la de Sopa de cuentos o los Especiales a la orilla del viento.

En ese tipo de cosas un lector sabe fijarse.

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