Literatura y pedagogía


Estamos enamorados de los cuentos de los hermanos Grimm, de las fabulas de Esopo, de los cuentos de Perrault, de todas aquellas historias que les dicen a lo niños que si no rompen las reglas, que si se comportan bien, que si son obedientes nada malo les sucederá porque al final el bien siempre triunfa sobre el mal y este último es castigado.

Adoramos las historias de Disney porque son políticamente correctas y se adaptan al status quo.

Los adultos buscan para los niños historias tranquilas, que los eduquen, que sena pedagógicamente viables. ¿Cuál es la enseñanza del cuento que acabamos de leer? es la respuesta que se les exige a los niños.

Caperucita fue devorada por el lobo porque desobedeció a su abuela y eso estaba bien porque se trata de una historia típica de una sociedad victoriana sonde los lobos asolaban los bosques y los pueblos. Hoy, ignorando cualquier forma nueva de escritura se pretende que la literatura actual se apegue a esos moldes y se exige esa claridad pedagógica de las historias contemporáneas.

¿De qué sirve Harry Potter?  ¿Cuál es la función social del Hobbit? ¿Qué enseña Cien Años de Soledad?

Los planes lectores lanzados por las editoriales, con muy buen ojo comercial, se hallan atravesados por tablas valoricas dirigidas a padres y maestros antes que a los niños. No importa en muchos casos que la historia sea sosa o que se halle repetida de mil formas hasta el absurdo con variaciones mínimas. Para que una historia sea una buena historia se le exige que tenga una enseñanza clara.

¿Qué enseña Trucas, Cuentos en Verso para Niños Perversos, La Joven del agua, crepúsculo, It, El Perfume, Don Quijote de la Mancha?, ¿Cuál es la utilidad de Los viajes de Gulliver?

¿Cuales son los valores que aparecen en la Ciudad y los Perros, Los Tres Mosqueteros, El Eskimal y la Mariposa, Crepúsculo?

El objetivo básico de la literatura universal no es la pedagogía. Esa es la función principal de las mitologías de los pueblos. Sin embargo cuando aparece  el autor individual los valores dejan de convertirse en una de las funciones principales del relato.  

En muchos casos, cuando se les exige la aparición de unos valores claros a los relatos muchas buenas historias se echan a perder por completo.

Los adultos no consumimos historias políticamente correctas. Ni León de Greiff  ni Charles Bukowskii ni Salman Rushdie ni Robert Louis Stevenson ni Donde Viven los Monstruos se hallan atravesados por funciones pedagógicas.  Gargantua y Pantagruel se burla del mundo establecido a la manera en que hoy lo hacen los autores de fantasía y ciencia ficción.   

La promoción de lectura en general debe prescindir de lo políticamente correcto en aras de la construcción de un gusto lector en el individuo. La única exigencia que se le hace, que se le debería hacer a cualquier relato, es que sea entretenido y  que nos atrape entre sus páginas (impresas o electrónicas), que nos exija terminar de leerlo. Luego viene las otras visiones, que cada lector irá construyendo, acerca de la calidad del relato, sus alcances y su valor para la posteridad. Eso, por supuesto, viene después.

La función pedagógica de la literatura no tiene ningún valor intrínseco en la construcción de un hábito lector, y en este mundo alfabetizado eso es lo que debería primar.

Recordemos que el valor de Shakespeare no se halla en la función pedagógica que tienen sus obras y la construcción de los personajes sino en el descubrimiento de, lo que llama Bloom, El Sentido de lo Humano. 

Comentarios

  1. Para hablar de pedagogía, debemos pensar en la forma de enseñar no solo areas basicas escolares, sino realmente enseñar a afrontar la vida

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